"Se observa para ver lo que no se ve cuando no se observa".
Ludwig Wittgenstein
“¿Qué ves, que ves cuando me ves?”
Divididos.
Ludwig Wittgenstein
“¿Qué ves, que ves cuando me ves?”
Divididos.
Loupe
El discurso del arte viene apartándose progresivamente de su carácter aseverativo, y la posibilidad de concebirlo como una construcción equiparable a otras, como el cine o la literatura, ha ganado terreno, socavado en parte sus bases teóricas e instrumentales.
Se ha hecho frecuente que el arte contemporáneo problematice el alcance y el estatuto de su propia tarea. Consciente de que el arte es, en definitiva, un lenguaje y un relato, y de que todo relato implica selección, jerarquización e imprime un sentido a los hechos, el artista sospecha de la tradición, advierte y valoriza lo que "ha quedado afuera" y se desvela por multiplicar sus fuentes y acercarse a lo mas cotidiano y banal.
Algunos artistas revalorizan las fuentes que delatan las voces olvidadas, se proponen trabajar en base a lo cotidiano, reconstruir las vidas anónimas, de las que sólo quedan rastros escritos indirectos o casuales. Se trata de indagar entre los intersticios de los grandes hechos, para descubrir lo pequeño y de esa manera poder jerarquizar lo inadvertido, lo que se conserva en la vida cotidiana, en el día a día, lo que puede rescatarse de una simple vivencia, de un anuncio publicitario, de una historia policial, de una charla con un vecino, de un simple viaje o de una historia familiar o personal.
Nutrirse de hechos vulgares, simples, paganos. Porque, de alguna manera estamos condenados a conocer más, a estar más y más informados y entendernos cada vez menos. La brutalidad gana espacios y ser delicado se ha convertido en un acto de rebeldía. Prestar atención a lo más simple algo es realmente difícil, pero es la solución a la sordera y la miopía generalizada y globalizada.
Los pequeños dibujos a tinta de Leandro Bejar son para contemplar y mirar, pero luego deben ser observados con lupa para poder apreciar en lo micro, lo que no se ve en lo macro. Son dibujos muy simples que el artista realiza de manera muy cuidadosa, como explorando en su interior, sin grandes pretensiones técnicas pero con una destreza y un cuidado casi zen.
Aparecen imágenes sugerentes pero para nada explicitas. Imágenes que podrían calificarse de abstractas pero que mejor sería denominarlas como personales, autorreferenciales, imágenes que sobreviven a la razón y a la información.
Ensimismado e introvertido, como buscando algo dentro de un interior muy profundo, para dejar una marca que a su vez debe ser explorada con lupa por quien quiera abordarla para poder realmente observarla.
El procedimiento sirve como metáfora del conjunto, de la existencia de lo micro dentro de lo macro. Se trata de mirar con lupa en los pliegues de los grandes acontecimientos, para rescatar las anécdotas, las figuras secundarias, las menudencias de la vida cotidiana o de las costumbres que, sin embargo, forman parte de su explicación. Una meditación serena sobre la condición del arte, también una reflexión sobre el dibujo y la condición del artista, creador de ese universo y al mismo tiempo, preso de él.
Gustavo Tabares, Montevideo.
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