viernes, 22 de junio de 2018

"Camalotes" - Ana Rita Gendrot

Mayo 2018




“Camalotes” (Cerámica feminista).

Lo inevitable acontece más allá de lo que podemos controlar. 
Así llegaron los camalotes a las orillas de la ciudad, a pesar del otoño, a pesar de los edificios, a pesar de todo. Trajeron en su viaje criaturas peligrosas, coloridas, enojadas, venenosas e invadieron una oficina del centro porteño. 

Verdes camalotes, verdes como la lucha del pañuelo verde. Mujeres con los puños en alto, mujeres felices que sostienen serpientes que les pertenecen, que habían perdido, que les habían robado, extirpado. Las mujeres fueron separadas de la serpiente y de su deseo dejándolas atrapadas en cuerpos rígidos, en cuerpos máquinas, cuerpos al servicio del patriarcado, como explica Casilda Rodrigañez Bustos en su libro "Recuperando a la mujer prohibida". 

Ahora serpentean en las paredes y se multiplican porque llegan de todas partes. Mujeres pez que nadan voluptuosamente como delfines y bailan la danza del vientre, del útero, en el agua. Empiezan a latir propulsando olas de placer, cada vez que una mujer se excita sexualmente. Quizás por esoa las sirenas se las asoció con el pecado y la muerte, para hacernos olvidar de este baile ondulante lleno de éxtasis en la que el falo no tiene lugar. 

Lo irrefrenable se hace evidente, es una fiesta de la resistencia, se cuelan por las ranuras, entran por las ventanas aunque estén cerradas, y cada vez serán más y más. 

x Ana Rita Gendrot 

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