Naturaleza humana.
De Marianela Laura Depetro
Ahora los cuerpos son
pliegues de la luz. Es un pliegue el párpado, órgano diafragma, dermis vegetal
y animal. Cierra, abre, atrapa, deglute,
abre, cierra, descubre, movimiento orgánico, movimiento lento y salvaje.
Profunda mirada que se funda, en el poro de la piel, en este
papel que se hace de espacio.
Superficie, encrespada de
líneas capilares, este mundo; territorio del tiempo, fragmento que recorremos
del presente, ahora que es ayer, lacio transcurre el día. Larga cabellera que
cae y cubre los espejos del alma.
Entre tanto una canción,
esta canción que no se ve, que no se oye, tal vez cuente del silencio que habitamos…
porque la palabra sabe nombrar ausencias, por eso, a veces la mirada, solo
necesita un silencio que la abrace.
Con silencio entonces
componer el alma, de los cuerpos, el espíritu de las cosas, la energía de la
materia del mundo.
Y la luz, aquí la húmeda luz,
extiende en la piel; por la línea del ojo dibuja, recorriendo la
superficie, y el relato pausado y continuo, amoroso y afectado de la mirada, es
posible.
Claudia Toro.
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